El tribunal correccional de Nivelles (sur de Bruselas) condenó hoy a cadena perpetua a la madre que mató a cuchilladas a sus cinco hijos antes de intentar suicidarse.

Geneviève Lhermitte, a la que un jurado declaró responsable de sus actos y culpable de asesinato premeditado, escuchó impasible la lectura del veredicto y la condena, según la agencia Belga.

El 28 de febrero 2007, Lhermitte mató uno tras otro a sus cinco hijos -Yasmine, nacida en 1992, Nora (1995), Myriam (1997), Mina (1999) y Medhi (2003)- en sus respectivas habitaciones.

Tras degollar a los niños con un cuchillo, Lhermitte intentó sin éxito quitarse la vida, llamó por teléfono a los servicios de socorro y dejó dos notas manuscritas en la puerta de su casa con el mensaje "llamar a la policía".

El caso conmocionó a la opinión pública belga, que ha seguido puntualmente a través de todos los medios el desarrollo de la investigación y el proceso.

Geneviève Lhermitte y su marido, el marroquí Bouchaib Mokadem, no parecían tener grandes problemas, aunque, según algunos testimonios recogidos por la fiscalía, ella se sentía completamente aislada socialmente.

Mokadem, empleado en el sector farmacéutico, se encontraba de viaje de negocios en el momento de los hechos. Hasta el día mismo del juicio, los psiquiatras que examinaron a Lhermitte consideraron que era responsable de sus actos, pese a que se encontraba en un estado de ansiedad aguda y de depresión cuando asesinó a sus hijos.

Pero durante el juicio apareció una carta que Lhermitte había escrito a su psicólogo el día anterior a los hechos y en la que revelaba sus planes de suicidio y de llevarse a sus hijos en su muerte.

Un segundo análisis realizado tras esa revelación indicó que Lhermitte no podía ser considerada responsable de sus actos y recomendó internarla en una clínica psiquiátrica.

El jurado, sin embargo, se ha pronunciado hoy en contra de esas recomendaciones y ha juzgado a Lhermitte culpable de asesinato premeditado.