A primera hora de la mañana de ayer, un dispositivo formado por más de 60 agentes de la Guardia Civil sobresaltaba a Almadén de la Plata (Sevilla) para detener a Manuel González González, más conocido como el loco del chándal, a raíz de las agresiones cometidas en Cataluña contra 16 mujeres, unas de las cuales falleció. Ahora le acusan, junto a su hermano, de haber intentado asesinar a dos ancianas, hermanas del alcalde que movilizó al pueblo sevillano en su contra cuando fue liberado tras la derogación de la doctrina Parot.

A su salida de prisión en 2013, González se refugió en su localidad natal, donde aún residía su madre, que siempre defendió su inocencia. Los vecinos, sin embargo, no dudaron en expresar su temor: el reo carecía de informes que acreditasen su rehabilitación, y el municipio no tenía Policía Local. Además, el cuartel de la Guardia Civil estaba cerrado desde un año antes, por lo que el único dispositivo de seguridad eran los siete agentes que patrullaban cada pocas horas desde una localidad vecina.

El entonces alcalde, José María Vidal, puso rostro y voz a estas protestas ciudadanas, llegando a exigir la reapertura del cuartel. Según explicó tiempo después, González la tomó con él, y comenzaron los insultos y las amenazas, también las agresiones físicas, tanto contra el regidor como contra varios miembros de su familia, lo que llevó a Vidal a pedir una orden de alejamiento, vigente desde el 2015. Ante la presión, el loco del chándal dejó Almadén.

ORDEN DE ALEJAMIENTO / Sin embargo, en este tiempo ha regresado en varias ocasiones, incumpliendo dicha orden. A mediados de junio, pasó con su coche cerca de la casa de Vidal y, al verlo en la ventana, comenzó de nuevo a increparle, lo que motivó su arresto por quebrantamiento de condena. Los agentes, sin embargo, llevaban tiempo tras su pista, puesto que sospechaban que se hallaba detrás de los incendios registrados desde el 2016 en las viviendas de las dos hermanas del exregidor, de 67 y 63 años, que pese a tener problemas de movilidad lograron salir con vida.

Finalmente las pesquisas han permitido vincularles con ambos hechos y lograr indicios de que se desplazó desde su nuevo lugar de residencia a Sevilla, en esos días para supuestamente prender fuego a las dos casas, según fuentes de la investigación. La Guardia Civil le ha detenido en la vivienda familiar de Almadén y le acusa de dos asesinatos en grado de tentativa junto con su hermano José, considerado encubridor. A la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas, ambos permanecen en los calabozos de San José de la Rinconada.

169 AÑOS DE CÁRCEL / González fue condenado en 1997 a 169 años de cárcel por las agresiones cometidas entre 1991 y 1993 contra 16 mujeres en Cataluña, a las que además habría realizado tocamientos en los genitales. Vestido siempre con ropa deportiva, abordaba a sus víctimas a la salida del metro y les pinchaba en las nalgas con objetos punzantes. Una de las mujeres, de 31 años, perdió la vida a causa de la agresión. La sentencia fijó González sufría un trastorno de la inclinación sexual del tipo de la parafilia sádica, aunque eso no supuso una eximente de enajenación mental.