TUtno no se da cuenta de que se hace mayor por las canas o los achaques. Uno nota que es mayor cuando descubre que sus superhéroes se han hecho viejos, que necesitan un lifting social para mantener apariencias y que sus valores ya no son los mismos que cuando luchaban contra los supervillanos. Ahora que Disney ha decidido comprar la mítica Marvel uno es consciente de que han pasado los años y que las cosas han cambiado. Nunca imaginé que el hombre araña, aunque ya estuviera chocho, viviría en la misma casa de Mickey Mouse. Pero en el fondo los superhéroes son un reflejo de la sociedad que les rodea, que les ha obligado a ajustar sus superpoderes a las necesidades de una empresa que ha despedido a la mayor parte de sus históricos dibujantes por superar la barrera de los 50. La edad no perdona, mejor dicho, la edad no tiene perdón. Eso también lo sabe el hombre araña extremeño (así le llaman), que ha sido detenido por usar los superpoderes en su beneficio. Se dedicaba a escalar las fachadas de las viviendas pacenses y a apoderarse de lo ajeno. Al parecer, ya no es tan rápido como antes. Ya no es tan joven. Lo más llamativo del Spider-Man regional es que sus superandanzas las realizaba siempre con unos calcetines en las manos. Es curioso, unos se ponen calcetines en las manos para robar mejor y a otros hay que ponérselos para que se corten un poco. A mí de los calcetines lo que más me preocupa es seguir preguntándome dónde está ese misterioso lugar al que van los que se pierden en la lavadora. Y es que uno se hace mayor cuando deja de preguntarse cosas tan viejas como esa. Yo, por fortuna, aún lo sigo haciendo y eso me salva, me mantiene en la frontera. Al menos hasta que llegue Disney y ponga todos los calcetines del mundo en sus manos.