Acabo de leer una noticia en la que cuentan que un tipo ha intentado introducir en Estados Unidos catorce especies de aves exóticas escondidas en sus calcetines. Los calcetines son así, igual te valen para vestirte el pie que te sirven de jaula ilegal o escondite secreto. A mí, del mundo de las calcetas, me llaman la atención muchas cosas. Por ejemplo, siempre me había preguntado por el lugar en el que habitaban los calcetines y las medias que se perdían. Pensaba que debían estar en algún sitio, todos juntos y amontonados en una especie de universo paralelo al que fuera imposible acceder. Y es que, cada año y sin explicación aparente, me suelen desaparecer dos o tres, dejando a sus parejas solas en cualquier rincón del cajón. Esta cuestión era todo un misterio, hasta que he descubierto que existe un lugar en la red en el que, de alguna forma online, habitan los calcetines y las medias que se han extraviado en cualquier parte del mundo. En la página, que se llama lonelysocks, están colgadas numerosas fotografías de calcetines perdidos acompañados de una ficha en la que se detallan sus características. Todo esto viene porque en estos días de bombardeo informativo sobre el nuevo lehendakari he pensado que el gobierno de Patxi López va a ser como cuidar de un par de calcetines. Quiero decir, que el socialista deberá tener cuidado de que no se le pierda su pareja, de que no se le desintegre por un universo paralelo. Pero es que además, viendo las medias que se va a calzar Patxi López, uno no entiende la razón por la que calcetines que casan en algunos sitios no sirven para estar juntos en otros. Ya ven, los calcetines son así.