El presidente de México, Felipe Calderón, asumió anoche por decreto presidencial el control del estado de emergencia sanitario que vive el país. "El día de hoy he publicado en el Diario Oficial de la Federación un decreto mediante el cual el Ejecutivo federal a mi cargo asume las facultades y las atribuciones que la Constitución General de la República atribuye al presidente en casos de emergencia, como la que hoy estamos viviendo", señaló el mandatario en un comunicado oficial.

Calderón, que inauguró un hospital en el municipio de Salina Cruz, en el sureño estado de Oaxaca, pidió a la población tranquilidad y dijo que la enfermedad "es prevenible y curable". No obstante, pidió a los ciudadanos que se abstengan de acudir a eventos masivos e incluso que eviten saludarse con la mano y darse un beso.

México vivió un fin de semana con estadios de fútbol y bares vacíos, museos cerrados, farmacias abarrotadas, colas frente a los hospitales y soldados repartiendo tapabocas. Siete muertos se sumaron a la lista de la fiebre porcina, hasta 68 --20 casos confirmados y 48 aún en análisis--; el número de hospitalizados se elevó a 1.050.