Ann Lee es una mujer de 81 años, ferviente católica y republicana "de toda la vida", que durante mucho tiempo pensó que el cannabis era "la hierba del diablo". Hoy, en cambio, está segura de que "la prohibición no funciona", y de que "son las leyes las que han causado más daño que la marihuana". Por eso está trabajando en la sede central en Oakland de la Proposición 19, la iniciativa que se vota en referendo el martes en California y que sitúa al estado a las puertas de una revolución aún mayor que la que inició en 1996 al legalizar el uso medicinal de la maría. Si la 19 sale aprobada, California se convertirá en el primer territorio de Estados Unidos que legaliza y pone impuestos a la hierba. El resto del país y el mundo están atentos.

Concretamente, la Proposición 19 permite a cualquier individuo de más de 21 años poseer, compartir, procesar y transportar hasta 28,3 gramos de marihuana, y cultivar cannabis en un área de hasta 2,3 metros cuadrados. Además, deja en manos de los 58 condados y las 478 ciudades del estado la decisión sobre si permitir o no el cultivo y la venta y, si deciden hacerlo, el establecimiento de regulaciones e impuestos.

La aprobación, no obstante, está lejos de representar en la práctica un cambio inmediato, y el mayor obstáculo para que la propuesta llegue a convertirse en realidad está en Washington. El fiscal general de EEUU, Eric Holder, ya ha anunciado que, pase lo que pase en las urnas, el Gobierno federal seguirá aplicando las leyes antidroga en California.

POSIBLE LUCHA Si gana el , no es arriesgado augurar una lucha en los tribunales entre el Gobierno federal y el californiano. En este sentido, las encuestas oscilan cada día entre la aprobación y el rechazo, y la incertidumbre sobre el resultado es otro reflejo de la división que siempre provoca el debate sobre la legalización de las drogas.