La halterofilia pertenece a ese conjunto de deportes --golf, atletismo o natación, por nombrar algunos ejemplos-- en los que el obstáculo más importante a batir son nuestras propias limitaciones. El afán por superarse a uno mismo, soñando con metas cada vez más altas, se convierte en el ´mantra´ que impulsa al deportista a tumbarse día tras día en la banca de entrenamiento.

A Loida Zabala le quedan pocas metas con las que soñar en la halterofilia adaptada, o powerlifting , como se le conoce internacionalmente a esta modalidad. A sus 22 años puede presumir de tener un diploma olímpico, conseguido gracias a su séptimo puesto en Pekín, y de haber logrado la primera medalla de oro júnior para una española en el Europeo celebrado en Grecia hace dos años. Asimismo, viene de ganar un open internacional celebrado en la capital de Marruecos, Rabat, en el que se ha impuesto en la categoría femenina levantando 85 kg. en la categoría de menos de 48 kg. de peso corporal, título que la convierte, además en campeona del mundo dentro de este baremo.

Y es que en powerlifting lo importante no es el peso que cargas en la barra, sino el total que levantas en proporción con el propio. De esta relación vienen dados los puntos ´wilks´ que equilibran el peso del deportista con el levantado. En este deporte no basta solo con ser el más fuerte, hay que poseer una técnica pulida y bien trabajada.

Sacrificio personal

Todos estos méritos no surgen fruto de la suerte o la casualidad, sino de los sacrificios que Loida ha realizado para mejorar su técnica. El más duro, sin duda, el de dejar atrás familia y amigos para dedicarse en cuerpo y alma al entrenamiento, gracias en parte al patrocinio de Marca Extremadura.

Esta deportista --natural de Losar de la Vera-- cruzó media España, nada más y nada menos que hasta Oviedo, para estar cerca de su preparador físico, Lodario Ramón, que la está ayudando a perfeccionar su técnica. Loida es constante, y cada día se entrega alrededor de tres horas al entrenamiento de press banca y mancuernas. Porque al contrario de lo que ocurre en los gimnasios, en las competiciones de halterofilia adaptada se hacen controles antidopaje, por lo que la fuerza del atleta tiene que venir del esfuerzo diario, y no de los batidos milagrosos que anuncian en la televisión.

Pero todo este tesón acaba dando sus frutos y la verata ha progresado espectacularmente. Empezó a tomárselo en serio con 19 años y hoy, tres veranos después, posee --además de los méritos mencionados anteriormente-- 22 récords de España consecutivos y hace poco menos de un mes se adjudicó el Campeonato de España. Todo un ejemplo de superación personal.