TAtlbricias! Por lo que hemos vertido ríos de tinta, va encontrando alguna satisfacción. Y eso que nuestro medio paisano Alonso (él, ceclavinero; yo, acehucheño) no se ha dado cuenta. El otro día escribió un artículo magnífico sobre la calzada romana, sobre Diego Muñoz Hidalgo y Juan Gil, que fueron los pioneros en clamar por el estado de la carretera romana que atraviesa la provincia de Cáceres de sur a norte. Sin ánimo de reclamar nada, un servidor viene dando la lata, en estos medios y en otros, a cerca de la cuestión de la Vía Delapidata, hace décadas; y además, ¡qué carallu!, es miembro de la Asociación de Amigos de la Vía de la Plata, cuyos componentes somos multitud, es decir, dos: Juan Gil y servidor de usted.

Bueno, da igual. A lo que iba. Por fin vemos la señalización de la que nos habló el presidente del consorcio, Javier Seller, cuando fuimos a hablar con él. Sí señor, cuando el peregrino llegue a los aledaños del ese polígono industrioso de la Charca Musia, podrá ya ver los nuevos rótulos que le indican por dónde ha de ir para atravesar Norba.

Claro que el Consorcio de la Ciudad Antigua se ha ocupado de la señalización de la Vía dentro del casco urbano. Perfecto, pero ¿y qué es de la calzada antes y después? Seguiremos insistiendo en que algo ha de hacer la autoridad competente para recobrar ese legado histórico que está humillado, ofendido y olvidado en casi todos los parajes en los que asoma su venerable trazado. ¡Ay, si el Camino Francés tuviera como base una carretera romana!

Pero este es el Camino Mozárabe, esta es la Vía de la Plata, y a ver si dejamos ya ese galicismo sin ton ni son de Ruta, qué coño Ruta, Vía, en latín, y de 'mb lata' árabe ni hablar, como mucho 'delapidata'. Dispensen el batiburrillo etimológico. A la postre lo que queremos, porque veneramos a nuestros padres romanos, es que se recupere, cuanto más y antes, mejor, lo posible de aquella magnífica obra romana que sirvió para tanto, y a tantos, durante toda la Historia. A ver si vemos a los pobres miliarios en su sitio y no tirados por ahí y algunos destrozados. A ver si un día, los que hacemos el Camino Francés podemos ver en este Camino Mozárabe el ambientazo tan sugestivo que hay en aquel trazado del norte.

A ver si-a ver si-por pedir y soñar que no quede.