El extremeño José Moreno culminó ayer su ascenso al casi desierto Olimpo de los héroes inmobiliarios mediante un acto tan sencillo como la entrega de unos papeles. Tras varios días acampados en Fuenlabrada (Madrid), en las inmediaciones de la asociación de vecinos de este promotor de pisos a un precio cercano al de coste, más de 2.000 jóvenes entraron por orden en el local, le entregaron 120 euros, firmaron un papel que les acreditaba como futuros cooperativistas y salieron coreando su nombre, sonriendo, abrazándose entre sí y, en algunos casos, incluso llorando de alegría. Todo por la promesa de ser propietarios en un futuro indeterminado de una vivienda barata que no existe. Aunque ha anunciado que espera comenzar a construir a comienzos del 2009 las primeras 200 viviendas de las 2.100 totales, carece de suelo por ahora.

El fenómeno dice tanto sobre la capacidad de atracción de este hombre como sobre la situación inmobiliaria en España, que tras una década de crecimiento se encuentra ahora bordeando el colapso debido a los recortes globales a los créditos y el frenesí constructivo. El precio de la vivienda empieza a descender debido a la crisis financiera, pero se dobló entre el 2001 y el 2007. Con los salarios subiendo apenas por encima de la inflación, los jóvenes se enfrentan a enormes dificultades para hacerse con un piso que puedan pagar. Lo que Moreno les ofrece es precisamente eso: una vivienda al alcance de su bolsillo para que vuelen de una vez del nido familiar.

600 EUROS AL MES De acuerdo con lo anunciado por el promotor inmobiliario --conocido como el Robin Hood del ladrillo porque su margen de beneficio, de solo un 3%, es sensiblemente inferior al del resto-- las viviendas para personas de 18 a 35 años, en el sur de Madrid y el norte de Toledo, serán de entre dos y tres habitaciones, contarán con los mejores materiales y su precio oscilará entre los 120.000 y los 168.000 euros según sean de protección oficial o de renta libre, de los cuales el cooperativista pagará una entrada de 9.000 y mensualidades de un máximo de 600. Solo hay que creer en él. Y los jóvenes le creen, aunque la única garantía que ofrezca resida en el hecho de que en las otras ocasiones que ha construido en régimen de cooperativa --72 viviendas hace una década, 170 pocos años después y otras 402 en el 2007-- todo haya salido estupendamente.

LA ASOCIACION Por eso llegaron a Fuenlabrada en cuanto supieron que el 15 de noviembre, ayer, iba a inscribir en la futura cooperativa a las primeras 2.000 personas que se presentaran, pues los 100 inmuebles restantes hasta llegar a 2.100 irán a parar a miembros de su asociación de vecinos, llamada La Avanzada por el barrio en el que reside Moreno. La primera en llegar, el pasado domingo junto a su marido y su bebé, fue Deyaniry Feliz, ama de casa de 24 años. Al instalarse, Feliz provocó un efecto dominó: los interesados en el proyecto de Moreno, temerosos de no poder formar parte de él si se retrasaban, comenzaron a llegar sin pausa. El lunes eran 1.500.

"¡Moreno, campeón, saluda a la afición!", exclamaban ayer tras pagar los 120 euros que les convierten en miembros de la futura cooperativa y que, según los folletos, les serán devueltos si esta no comienza a andar.