El porro no tiene nada de droga blanda, sobre todo entre los menores. Un informe elaborado por la comisión clínica del Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD) advirtió ayer de que el consumo regular de cannabis y sus derivados, el hachís y la marihuana, antes de los 16 años multiplica por tres el riesgo de sufrir trastornos neurológicos importantes y dolencias psiquiátricas como la psicosis.

Además, a corto plazo, este consumo se asocia a una alta tasa de fracaso escolar debido a los problemas de memoria y de concentración y a una mayor frecuencia de episodios depresivos y de ansiedad.

Los expertos que ha participado en el informe subrayan que los problemas y trastornos se acentúan en los adolescentes porque su cerebro es más vulnerable, ya que se encuentra en pleno desarrollo y maduración y el cannabis produce cambios neurobiológicos. Hasta los 22 o 24 años no se alcanza el máximo metabólico y funcional.

Según el PNSD, el año pasado unos 800.000 jóvenes entre 14 y 18 años habían consumido cannabis en los últimos doce meses y al menos 40.000 fumaban porros todos los días. El consumo se ha duplicado en 10 años.