Apostolos Mangouras, capitán del Prestige, era partidario de fondear su barco en las cercanías de la costa de Muxía en lugar de alejarlo mar adentro, ya que estaba convencido de que su barco nunca llegaría a embarrancar contra la costa, lo que era el mayor temor de las autoridades españolas y que provocó la decisión de alejarlo a la mayor distancia posible. Según informa hoy el diario La Voz de Galicia, que ha tenido acceso a las declaraciones del capitan del petrolero ante el juez de Corcubión, Mangouras admitió que el barco iba a la deriva, pero contaba como último recurso con echar las dos anclas cuando estuviera a 3,5 o 4 millas de la costa, ya que allí la profundidad era de 150 metros.La actuación del 'Ría de Vigo' Sin embargo, las autoridades marítimas nunca admitieron esa posibilidad y su única intención era que el petrolero se alejara lo máximo posible del litoral. Durante aquellos momentos críticos, y ante la imposibilidad de dar el remolque de emergencia al Ría de Vigo, el capitán también propuso lanzarle al remolcador dos cabos gruesos nuevos, de 220 metros cada uno, para mantener el petrolero en el punto fijo, cercano a la costa de Muxía, para pasar la noche. Según la declaración de Apostolos Mangouras, la propuesta fue rechazada dos veces por el remolcador. "No sé el motivo --dijo el capitán--, pero era una solución para pasar la noche, porque los cabos podían mantenerlo (el barco)".