Mientras que la reelección de Rouco al frente del episcopado se daba ayer por segura, persistía la incertidumbre acerca de quién ocuparía el puesto de vicepresidente, aunque la candidatura del cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, exponente de la minoría que mantiene unos planteamientos más abiertos, ganaba enteros entre los observadores de lo que ocurre en la asamblea.

Parece descartado que el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, pueda ocupar la vicepresidencia. "No es previsible que la plenaria quiera ser tan obsequiosa", señalaron fuentes eclesiásticas.

Amigo es, además de Rouco, el único cardenal del episcopado en activo como arzobispo. Elegirle como vicepresidente sería una forma de reconocerle la autoridad que le confiere esa condición. Es probable que el purpurado gallego prefiera a Cañizares como segundo, pero la última palabra corresponde a los obispos.