Los senegaleses que están concentrados en la Plaza Nelson Mandela del barrio madrileño de Lavapiés han intentado agredir y obligado a refugiarse en un bar al cónsul de su país en Madrid, que ha sido rescatado por la Policía y cuyos agentes han disparado pelotas de goma para dispersar a los congregados.

Desde las nueve de la mañana se han concentrado en esta plaza varios compañeros de Mmame Mbage, a escasos metros de donde el hombre, de 35 años y nacionalidad senegalesa, murió ayer en plena calle.

Sus compatriotas sostienen que Mbage murió mientras era perseguido por la Policía y denuncian la "violencia policial" que sufre el colectivo. Poco antes de las 12:30 horas ha llegado a la plaza una persona que los asistentes han reconocido como Mouctar Belal, cónsul de Senegal en Madrid, por lo que han corrido hacia él increpándole y tratando de agredirle.

El político se ha refugiado en el bar Baobab, uno de los de la plaza, entre gritos de "sinvergüenza", "justicia" y exigencias de que "de la cara", ya que hasta ahora no se había pronunciado. Algunos de los alrededor de 150 congregados han tirado agua a las personas que iban con el cónsul y a los periodistas, mientras otros pedían calma a los más exaltados.

Cinco furgonetas de la Unidad de Intervención Policial (UIP) o antidisturbios se han desplegado en la zona y han despejado la entrada al bar y buena parte de la plaza. Varios congregados han comenzado a lanzar sillas contra los agentes, así como adoquines, y entonces los agentes han disparado pelotas de goma.

Finalmente los agentes han ayudado al cónsul a salir del bar y meterse en su coche oficial, entre gritos de "asesino", tras lo que han abandonado la plaza.

Esta tarde a las 18 horas, el Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid ha convocado una concentración en memoria del mantero fallecido.

Manifiesto

Antes, la Asociación de los Inmigrantes Senegaleses en España (Aise) había reclamado este viernes una "condena inmediata" para los policías "asesinos" que pudieron haber perseguido al senegalés.

En un manifiesto leído en la plaza Nelson Mandela del barrio madrileño y respaldado, entre otras asociaciones, por SOS Racismo y el Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid, el portavoz del colectivo de senegaleses, Cheikh Ndiaye, ha remarcado su "profundo y gran dolor" por la muerte de su compatritota, "un hermano, un amigo, un compañero mantero", tras una "redada y persecución racista de la Policía Municipal de Madrid".

En primer lugar, el representante ha querido dejar claro que los senegaleses no fueron los causantes de los disturbios acaecidos anoche tras darse a conocer el fallecimiento de este mantero: "Nos duele que nos acusen de ser ladrones. Nosotros no rompimos nada, ni hicimos daño a nadie, ni robamos bancos. Fueron grupos ultras que aprovecharon para quemar contenedores".

Ndiaye ha calificado la muerte de su compatriota como "un crimen de violencia de Estado, contra la humanidad". "Pedimos la condena inmediata para los asesinos", ha añadido, para acto seguido narrar su versión sobre los hechos. "De acuerdo con los compañeros que también sufrieron la persecución, desde Sol hasta Lavapiés la Policía Municipal propinó patadas constantes a los compañeros para que cayesen al suelo y poder detenerles. Cuando cayó al suelo en la calle del Oso un compañero intentó ayudarle, pero la Policía lo impidió. Si hubieran dejado que le ayudara quizás hoy no estaríamos hablando de esta desgracia", ha lamentado.