Las bodegas del Don Pedro, el buque mercante hundido el pasado 11 de julio cerca del puerto de Ibiza, escondían una última sorpresa para las autoridades: un contenedor lleno de baterías usadas de coche, que ayer fueron sacadas a la superficie.

La conselleria balear de Interior asegura que desconocía la existencia de este material altamente contaminante hasta que el pasado miércoles fue descubierto por unos buzos de Salvamento Marítimo. El hallazgo ha causado el primer enfrentamiento público entre las administraciones y la naviera Iscomar desde que ocurrió el siniestro del carguero.

El Gobierno balear informó, una vez que tuvo conocimiento del descubrimiento, de que "tomará las medidas que marca la ley en materia de residuos peligrosos", una advertencia ampliada por la organización ecologista Greenpeace, que anunció que piensa denunciar a Iscomar por "ocultar" el traslado de baterías, al considerar que ha incumplido la directiva europea 2000/53.

Sin embargo, la agrupación ecologista Greenpeace también admite que puede haber otra posibilidad para explicar lo sucedido: que Iscomar lo hubiese declarado y, en cambio, hayan sido las administraciones las que lo han ocultado. Esta viene a ser la versión de la naviera. "Las baterías se hallaban perfectamente clasificadas, aisladas y catalogadas" por lo que "las autoridades estaban al tanto", señaló ayer una portavoz de la empresa, quien, no obstante, eludió entrar en polémicas. "No vamos a desmentir lo que dice una conselleria o un ministerio", añadió la misma fuente.

PRIMER CALCULO En un primer momento se había calculado que podían ser más de 10 toneladas de baterías las que el Don Pedro guardaba en su interior, pero Iscomar informó de que se habían extraído cuatro toneladas y no quedaban más dentro del barco. Se trata de baterías de automóvil cuya vida útil había finalizado, por lo que se enviaban a un centro de reciclaje de la península.

Los acumuladores se encontraban recubiertos por una película de plástico y agrupados en pequeñas cantidades dentro de cajas, también de plástico, todas ellas en un contenedor metálico. Estos aparatos tienen ácido sulfúrico y plomo, aunque la naviera insistió en que no se había producido ninguna fuga ni había peligro de ello.

Una vez extraídas del mar todas las baterías, ayer comenzó el vaciado de los tanques de combustible del Don Pedro, que, después de más de 15 días desde que ocurrió el accidente, todavía guardan más de 100 toneladas de fuel. Tras unas primeras pruebas efectuadas por la mañana sin que se registraran incidencias destacables, el ritmo de extracción se fue acelerando a lo largo de la jornada. Pero el operativo, en principio, será largo: está previsto que se prolongue durante varias semanas.

EMPRESA CONTRATADA Una empresa holandesa, Weijsmuller Salvage, ha sido contratada por la aseguradora de Iscomar para realizar estos trabajos, que cuentan con la supervisión tanto de la Marina Mercante como de Salvamento Marítimo.

Para vaciar los depósitos con el mínimo riesgo de que las posibles fugas afecten a las playas más cercanas de la isla, se ha instalado una barrera anticontaminante de 400 metros de largo.

Una vez los tanques de combustible estén vacíos, se retirará la pintura, la madera, los cabos y otros materiales contaminantes que aún permanecen en el barco hundido en la playa ibicenca. Las tareas de descontaminación, tanto del mar como de las playas, pueden costar en total más de seis millones de euros.

El barco Don Pedro se encuentra a alrededor de 40 metros de profundidad en una zona de Ibiza de alto valor ecológico, muy cercano a los límites del parque natural de Ses Salines y muy cerca de las praderas de posidonia oceánica, que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.