Lo que todos presentíamos, ha quedado confirmado. Carlos de Inglaterra nunca fue un ligón de playa. Incluso en sus años jóvenes, el príncipe tenía reputación de ser alguien tímido y retraído. Por eso, cuando en 1979, en los mares de Australia, una espontánea en biquini se le tiró al cuello y Carlos pareció agradecer el achuchón, la foto dio la vuelta al mundo. El príncipe era humano, accesible y tenía su sex appeal, venía a decir. La chica, que era modelo y ahora tiene 51 años, ha revelado cómo los asesores reales la contrataron para montar la escenita. Incluso llegó a verse con el príncipe antes para recibir la aprobación. Jane Priest era una madre soltera con un hijo de 5 años, que andaba por la playa en el momento de la instantánea. Ni siquiera con el pacto previo las cosas funcionaron con soltura. "Le di un beso y me dijo: ´¡No, no puedo tocarte´!", ha explicado la mujer al Evening Standard .

EL MAL DE WHITNEY Cuando Whitney Houston llegó ayer, sobre la una de la tarde, al aeropuerto de Barcelona no hacía buena cara. Tampoco es que se le viera una gran porción del rostro, puesto que seguía la línea de camuflaje iniciada el jueves por Jennifer López en su huida de Barcelona. El estilo esquimal a la fuga se impone. El semblante afligido de Houston, de 41 años, era parejo al estado de su estómago: acababa de sufrir una gastroenteritis. A esta estrella en retroceso la esperaba la multinacional Toyota el jueves por la noche.