TTtodo lo que da resultado acaba siendo imitado. El relativo éxito del carné por puntos ha traspasado la esfera del tráfico para ser aplicado en otros ámbitos, como el de las relaciones humanas. Las primeras en darse cuenta de las ventajas de poner y quitar puntos han sido las mujeres. Lo sé porque el otro día cenaba con una amiga y me sucedió lo siguiente:

--¿Un Marqués de Cáceres para este sushi? ¿Y nos vamos a hincar la botella los dos? ¿Es que quieres emborracharme?

--Por supuesto, le respondí.

--Bueno, pues que sepas que te quito 10 puntos esta noche. Y eso que mi intención también es coger el puntito lúcido.

--¡Ay! ¿Pero qué he dicho? ¡Que no voy a conducir!

--No son puntos de conducir. Son mis puntos personales, chaval...

Bueno, también hay otra modalidad de ligar por puntos que es aún más refinada: te dicen los puntos por mensaje sms al móvil. Muy práctico y efectivo. El otro día a un amigo mío le sonaba el teléfono constantemente...

--Pí, piiiiiiiiiiiiiií

--Mira, me dice que me quita 2 puntos por no despertarla esta mañana...

--Ay, me da 2 puntos por haberla invitado a cenar...

--¿Y cuántos puntos son necesarios para... ya sabes...?

--Uf, como unos 25...

--¿Y con cuántos partes?

--Yo con 50. Tú, no sé, quizás tengas el saldo negativo...

Vaya, pues que con esto de que nos pongan nota cada cinco minutos voy a tener que volver a la autoescuela. Refrán: Compro puntos sentimentales a algunos buenos sementales.