El Consejo de Ministros dará hoy la luz verde inicial al anteproyecto de reforma de la ley de seguridad vial que incluye la implantación del carnet por puntos, según anunció ayer el titular de Interior, José Antonio Alonso. Cuando la norma entre en vigor, a principios del próximo verano, dos excesos graves de velocidad o de alcoholemia comportarán la retirada definitiva del carnet. El que lo quiera obtener de nuevo tendrá que esperar seis meses. A partir de entonces, se podrá volver a examinar.

Con la futura normativa cada automovilista dispondrá de 12 puntos (8 si es novel). Estos créditos se irán perdiendo a medida que se comentan infracciones. Las más graves, como conducir borracho o demasiado rápido, restarán más puntos. Sin embargo si un conductor pasa tres años sin quebrantar la normativa recibirá, de golpe, todos los puntos que haya perdido.

Las penalizaciones por pisar demasiado el acelerador son las más duras. Será considerado exceso grave de velocidad sobrepasar el límite en un 50% siempre que este diferencial sea como mínimo de 30 km/h. Es decir, en una travesía urbana bastará con ser cazado a 80 km/h para perder seis puntos. En autopista habrá que alcanzar los 180 km/h.

Si un conductor realiza dos veces este tipo de conducta --sancionada con la retirada de 6 puntos cada una-- se le revocará definitivamente el permiso y tendrá que volver a examinarse. La intención del Gobierno es que las pruebas para este tipo de automovilistas sean especialmente duras. Además, antes de la prueba, el usuario deberá asistir a un curso de concienciación.

Para los conductores borrchos, habrá que superar una tasa de 0,75 miligramos de alcohol en litro de aire espirado para perder los seis puntos. Si se supera el 0,25 se pierden cuatro.