THtago lo posible por no demonizar a Carod Rovira, intento mantener ante sus posturas cierta distancia intelectual que sitúe sus propuestas en el justo término, pero él hace muy poco para ser comprendido y respetado. Entre las provocaciones que auspicia, recuerdo que hace ahora justamente un año, el Instituto de Proyección Exterior de la Cultura Catalana felicitaba a los gibraltareños por la creación de la colonia británica y les entregaba una placa en memoria de los 350 catalanes que lucharon gratis en las filas británicas en la toma de Gibraltar de 1704.

La semana pasada conocí en Mérida una de las últimas andanzas de este aventurero de la política y prestidigitador de la historia. Al final de una mesa redonda de Agora, el debate peninsular , el Vicepresidente de la Junta, Ignacio Sánchez Amor, refirió una conferencia de Carod en el foro Mario Soares de Lisboa donde recordó a los portugueses que si ellos eran independientes se debía a que al tiempo que en 1640 se levantaban contra la corona española, los catalanes hacían otro tanto dividiendo así al ejército castellano y facilitando la independencia lusa. Carod pretendería con este recuerdo cobrar el favor pasado y animar a Portugal a aprovecharse de la situación española, quizás apoyando las propuestas estatutarias catalanas. Sánchez Amor pidió a los líderes de opinión portugueses presentes en el acto que rehuyeran esa tesis según la cual, cualquier cosa que debilite a España es buena para Portugal y yo he dejado ya de buscar coherencia en las ideas de Carod.