La joven Cenicienta del popular cuento infantil recuperó su zapatito de cristal, y ahora también la calabaza que su hada madrina convirtió en majestuosa carroza. Sólo tiene que acercarse hasta Don Benito. José Parejo y Francisco Donoso han cultivado la calabaza más grande que se conoce en estas tierras, tanto que bien puede ser convertida en elegante carruaje con sus 328 kilos de peso y sus medidas. Con un radio de 51,22 centímetros y una superficie esférica de 32.951 centímetros cuadrados, se ha alzado como la gran merecedora del VI Concurso de Calabazas que organiza la Asociación de Vecinos de Santiago de Don Benito. Es un homenaje a este fruto típico local del que proviene el gentilicio de calabazones ..

"Todavía podía haber sido mejor porque se nos pudrió otra aún mayor" comenta José Parejo, agricultor y uno de los dos padres de la criatura. Su participación en este concurso comenzó como una broma el año pasado.También fueron primer premio, aunque las dimensiones del ejemplar fueron menores.

La edición anterior cultivaron los frutos en la misma finca, pero este año, aunque juntos, lo han hecho en parcelas separadas: Pedro las ha cultivado en la zona de la Alberquilla y José en Valdetorres. Y ya amenazan con superar el récord que ellos mismos han establecido en su afán por mejorar. Como muestra de que lo suyo es la superación, de los cinco frutos que presentaron, este año se han llevado los tres premios, con otras dos calabazas que han pesado 244 y 166 kilos.

Para José no hay trucos, sólo "es cuestión de echarle ganas,lograr la ayuda de tu entorno y procurarle los mejores cuidados" . Pero también de preocuparse por encontrar las mejores técnicas de riego y los consejos de algún nutricionista, como fue su caso. No obstante, reconoce que el verano también ha sido propicio para el cultivo de una calabaza que se plantó en abril.Las enormes dimensiones del ejemplar ganador hizo imposible su traslado a la casa parroquial de Santiago, donde debía presentarse. Tuvo que ser el jurado el que se trasladara hasta la nave donde aguardaba junto a sus otras 4 compañeras, subidas en el remolque del tractor. A pesar de su tamaño son comestibles, aunque algo más blandas que las pequeñas.Las ganadoras pertenecen a la calabaza común, modalidad en la que han competido en el concurso y al que se presentaron un total de 16 frutos. El resto de categorías estaban compuestas por la calabaza autóctona con 6 concursantes; la de peregrino a la que se presentaron 54 calabazas; y finalmente la decorativa que fue la que mayor número de participación obtuvo con 106 ejemplares.Las calabazas tendrán un honroso fin benéfico que irá destinado a la subvención del equipamiento de una escuela-taller de carpintería en Tarija, Bolivia.