El actor extremeño (Las huellas borradas o El hombre de arena ) protagoniza esta vez un monólogo sobre la vida del fotógrafo surafricano Kevin Carter, que saltó a la fama por la imagen de un buitre acechando a una niña moribunda, por la que obtuvo el Pulitzer. La Culpa , del dramaturgo Javier Esteban, se ha puesto en escena este verano en Guareña.

--¿Cree que Kevin Carter se suicidó por aquella foto?

--No. Se suma a problemas como la injusticia, las drogas, la familia y un largo etcétera. La famosa foto no es más que la punta del iceberg. Lo que no vemos era una sociedad que le oprimía hasta sentirse avergonzado. Era sudafricano blanco de origen irlandés y católico y tuvo la mala suerte de nacer en un país con la violencia a cada paso.

--¿Qué se aprende como espectador con este monólogo?

--A tener una mirada amplia. No se puede juzgar la conducta de un hombre por una sola acción. A Kevin se le acusó por una foto, pero nadie se preguntó quién era la persona que sujetaba la cámara. Puso un espejo para que la sociedad occidental se mirara y la imagen que nos devolvía no era de nuestro agrado. Lo más fácil para todos es lapidar al que lo sostiene antes que hacer un examen de autoconciencia.

--¿Cómo se preparó para encarnar ese personaje?

--Ha sido uno de los más difíciles, pero también el más gratificante. Tuve que hacer un largo proceso de documentación. Luego intenté no traicionarlo. Hablé con profesionales, me colgué una cámara e hice que formara parte de mi vida cotidiana.

--¿Qué descubrió de aquel fotoperiodista?

--Que fue tremendamente humano, de una sensibilidad extrema y una vehemencia exacerbada y tuvo que pagar un elevado precio. Siempre estuvo en constante búsqueda del amor a su trabajo, su familia, amigos y su país.

--¿Sufre en el escenario?

--Sufrí muchísimo durante el proceso de creación. Ahora, cuando estoy en el escenario, sufre Kevin Carter. Estoy encantado, agradecido de encarnar a una persona que no tuvo la posibilidad de defenderse, una figura tan llena de vida que cabalga siempre entre puntos extremos.

--¿Cuál es la reflexión final de Carter sobre la vida?

--Fue una persona sumida en el dolor, la tristeza y la desesperanza. Quiso ponerse fin a sus días en un parque, el parque donde vivió su infancia, el único lugar donde fue realmente feliz.

--¿Tienen previsto llegar a otras ciudades de la región?

--La obra pasará a manos de una distribuidora extremeña para llegar a todos los lugares que sean posibles. El próximo año iremos a Sudamérica.