Joan Casals y Xavier Bassa, los dos supuestos ideólogos del secuestro de Maria Àngels Feliu, han admitido la posibilidad de que, alguna vez, hiciesen comentarios sobre un posible rapto pero han asegurado que sólo se trató de "bromas y fantasías" sobre cómo salir de sus apuros económicos.Casals y Bassa, para quienes el fiscal pide 20 años de prisión mientras que la familia Feliu no los acusa, han sido los primeros de los ocho procesados en declarar en el juicio iniciado en la Audiencia de Girona por el secuestro de la farmacéutica de Olot.Casals acusa a EvangelistaAmbos han negado de forma categórica su participación en los hechos y Casals ha culpado de su implicación en la trama a su delator, su exsocio Francisco Evangelista, de quien ha dicho que es un "mal elemento y miente", además de culparle de gran parte de sus males económicos.Preguntado por si alguna vez propuso a alguien secuestrar a una persona adinerada, él ha respondido que "cabe la posibilidad de que alguna noche de copas se hiciese ese comentario, pero yo no lo hice, lo hizo Evangelista". "Jamás hubo comentarios en plan serio de hacer un secuestro", ha declarado Casals, y si se hizo, ha dicho, "fue una broma".Un infarto y un hijoA Casals le encontraron unas notas sobre la planificación de un secuestro pero él ha dicho que formaban parte de un proyecto para escribir un libro. "Pensé en escribir un libro e hice notas de mil argumentos que luego tiré a la basura", ha afirmado.El acusado, que en 1991 sufrió un infarto, ha justificado que "cómo iba a participar en un secuestro cuando estaba a punto de ser padre" con su nueva compañera, en diciembre de 1992, poco antes del rapto. "Esta historia es de locos," ha dicho.Bassa dice que eran fantasíasXavier Bassa ha declarado que Casals sí realizó comentarios sobre "mil historias" como perpetrar un secuestro, pero ha afirmado que eran "fantasías" de su amigo y ha señalado que nunca en la misma frase aparecieron las palabras secuestro y farmacéutica de Olot.Según el fiscal, Bassa fue auxiliar de detective en varias empresas y en una de ellas uno de los acusados, Ramón Ullastre, le encargó el seguimiento de un alcalde de la comarca de Osona, extremo que ha dicho desconocer.Estudios grafológicosBassa ha dicho que él y Casals "siempre hablaban de cometer delitos" para salir de los apuros económicos, pero que simplemente "eran fantasías, sueños de cómo ganar dinero, de forma tanto legal como ilegal, pero nada más". La acusación atribuye a Bassa la autoría de la letra de un sobre con una cinta enviada a la familia Feliu al principio del secuestro sobre la base de tres informes periciales caligráficos de la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra.El acusado ha afirmado estar "tranquilo" porque otros dos informes encargados por su defensa dicen lo contrario, elaborados por el que fue presidente del colectivo de peritos caligráficos de España --ya muerto-- y una experta catalana que es una "autoridad en la materia"."Aún me preguntó hoy por qué estoy sentado aquí, ni siquiera hoy sé si todo ha sido un sueño", ha dicho el exdetective.