El ministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, aseguró ayer en el Congreso de los Diputados que el armador del remolcador Ría de Vigo , uno de los que participaron en el arrastre del Prestige , incumplió el contrato que tiene suscrito en exclusiva con la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo al haber negociado paralelamente con el armador del petrolero. Cascos anunció que ha pedido a la Abogacía del Estado que emprenda "acciones jurídicas".

Según el ministro, este pacto entre armadores, desconocido por Fomento, podría haber influido en la decisión de la compañía Smit Savage, contratada por el armador del petrolero, de parar el motor del barco aduciendo vibraciones y, después, cambiar el rumbo hacia el sur, cuando los expertos eran partidarios de hacerlo hacia el norte.

RESPONSABILIDAD

Sin embargo, ante las críticas de la oposición porque el Gobierno no hubiera tomado claramente las riendas, el ministro aseguró que la actuación del Ría de Vigo "no afectó a las maniobras porque había otros remolcadores". A diferencia de lo que hizo José María Aznar la víspera, Cascos no admitió ayer con claridad haber cometido error alguno: "No somos perfectos. Pero el Ministerio asumió toda la responsabilidad", dijo.

PLAN PARA EL TURISMO

Por su parte, el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, anunció ayer un plan de apoyo al sector turístico en las comunidades afectadas por los vertidos del Prestige. Esta iniciativa tendrá una dimensión internacional con campañas de promoción y publicidad, y contará con proyectos para dinamizar el turismo en la cornisa cantábrica.

Rato no desveló si la financiación de este plan correrá a cuenta del Gobierno central o los costes serán compartidos con las autonomías afectadas.