Ni profesores universitarios ni expertos independientes. Sólo cargos del Ministerio de Fomento asesoraron a Francisco Alvarez-Cascos para tomar la decisión de alejar el buque Prestige de las costas gallegas sin basarse en ningún informe científico. Es lo que se desprende de las palabras que pronunció ayer el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, que rectificó en una rueda de prensa los errores cometidos el día anterior en el Congreso. "No está uno en absolutamente todos los temas y no puede acertar siempre", indicó.

El miércoles, Rajoy aseguró ante el pleno de la Cámara que la decisión de mantener alejado el buque fue "la conclusión de la reunión técnica celebrada en la Delegación del Gobierno de La Coruña y a la que asistieron 17 personas en calidad de técnicos, ingenieros navales de la empresa Izar, capitanes de la Marina Mercante, profesores de la Escuela Superior de la Marina Civil de La Coruña y de la Escuela de Ingeniería Naval de Ferrol".

OTROS PARTICIPANTES

No fue así, y el propio vicepresidente lo reconoció ayer. El día 14, horas después de que el Prestige diera la señal de alarma, tuvo lugar una reunión en la delegación del Gobierno en La Coruña coordinada por el delegado Arsenio Fernández de Mesa, pero quienes participaron en ella fueron altos cargos dependientes del Ministerio de Fomento: el director general de la Marina Mercante, el subdirector de Tráfico Marítimo, el director general Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) y el capitán marítimo coruñés.

Además, consultaron telefónicamente al patrón mayor del puerto de La Coruña sobre si se podría llevar el barco al muelle de petroleros, lo que desaconsejó. También llamaron a profesores de la Escuela de Marina Civil (Martínez Mellán, Pita Porta y Beceiro Veiga), pero para preguntarles únicamente si era posible realizar un trasvase de fuel en mitad del mar, a lo cual ambos contestaron que era inviable.

Tras estas consultas, el comité reunido en la Delegación del Gobierno indicó al Ministerio de Fomento que el buque debía conducirse mar adentro. Así lo confirmó ayer Alvarez-Cascos, quien reconoció su responsabilidad: "Asumo la ratificación de todas las decisiones de las capitanías, oídos los prácticos de los puertos, y asumo la responsabilidad de haberlas respaldado y de no haber introducido ninguna modificación", dijo, aunque se cubrió las espaldas al indicar que las decisiones las toman los "responsables técnicos y profesionales del transporte marítimo, la Marina Mercante y Salvamento Marítimo, y los responsables políticos podemos respaldarlas o rectificarlas".

Los primeros informes científicos con los que contó AlvarezCascos aparecieron el 19 de noviembre, el mismo día en el que se hundió el petrolero. En esa fecha, el primer equipo de 17 expertos presentó un documento que avalaba la tesis del Gobierno de alejar el buque.

TRASVASE DEL FUEL

Dos días después, los profesores de la Escuela de Marina Civil de La Coruña a los que se había pedido consejo anteriormente confirmaron por escrito que no se podía hacer un trasbordo en alta mar. "Nadie nos preguntó sobre el alejamiento o acercamiento, sólo nos preguntaron sobre el trasvase de fuel", declaró uno de los profesores consultados, José Manuel Martínez Mayán. Rajoy había declarado la víspera que Mayán y sus dos compañeros, Pita y Beceiro, habían recomendado alejar el buque.