El caso de un musulmán polígamo, cuyas cuatro esposas visten habitualmente niqab (velo integral), ha encendido aún más si cabe el acalorado debate que desde hace semanas mantiene la sociedad francesa, a pro- pósito del proyecto de ley que el Gobierno de Nicolas Sarkozy prevé aprobar en mayo prohibiendo el uso de este velo y similares (chador y burka) en todo el espacio público y no solo en lugares cerrados o servicios como establece la legislación actual, que data del 2004.

El protagonista del último episodio es un hombre de origen argelino, nacionalizado francés desde que en 1999 se casó con una mujer de ese país. El caso se ha hecho público después de que una de las esposas fuera multada por conducir con niqab, lo que, según la policía, disminuía su campo de visión. El Gobierno francés estudia retirar la nacionalidad al hombre y revisar las ayudas sociales que reciben las mujeres y sus 12 hijos, ya que figuran como familias monoparentales. El Ejecutivo ha aprovechado el asunto para reforzar su tesis de que es necesario ampliar la "prohibición del velo integral en todo el espacio público, porque la dignidad de la mujer no se divide", dijo esta semana el portavoz Luc Chatel.

En Bélgica un proyecto similar está muy avanzado. La crisis gubernamental en el país obligó el jueves a aplazar hasta la semana próxima el debate sobre la aprobación de una propuesta de ley dirigida también a prohibir el uso del velo en espacios públicos.