La lotería de El Niño eligió ayer dos números muy creciditos , el 87.657 y el 71.098, para llevar la suerte hasta Castellón y Reus, dos localidades apenas separadas por 200 kilómetros y que han atrapado íntegramente los millones de este sorteo extraordinario, celebrado en Madrid.

El número 8 también ha sido protagonista de este sorteo, porque, además de que el segundo premio acaba en esa cifra, es uno de los dos reintegros y también la terminación de siete del resto de extracciones efectuadas.

La administración número 3 de Castellón, conocida como la Lledonera, vendió todas las 55 series del primer premio, que ha recaído en el 87.657, dotado con dos millones por serie.

La lotera se llevará un pellizco de los 110 millones de este "gordo" de El Niño, porque está en posesión de uno de los décimos agraciados, que tendrá que compartir con una amiga.

"Por cuestiones económicas, a mi amiga y a mí nos hacía mucha falta. El año pasado pensaba en jubilarme y ahora podré hacerlo en el 2008", comentó con la voz entrecortada por la emoción Montserrat Esteve, encargada de la administración. También regaló un décimo a otra amiga suya, residente en Zaragoza y llamada casualmente Reyes.

Este despacho está abierto desde 1966, el año pasado ya repartió un cuarto premio en Navidad y desde hace 30 años vende el 87.657, que tiene una decena de abonados habituales.

COFRADES Y HOSTELEROS Su propietaria tiene un Cristo de Medinaceli en el local y precisamente la cofradía que venera a esta imagen y el bar El Sol de Castellón son algunos de los más mimados con décimos de este número, la primera de ellas con entre 15 y 17 series, que ha repartido en participaciones. Los cofrades podrán disfrutar la próxima Semana Santa de entre 24 y 30 millones de euros.

El bar El Sol, abonado desde hace varios años a esta administración, ha visto compensada su fidelidad al adquirir diez series, repartiendo diez millones. Manuel Alves, su propietario, dijo a Efe que algunos de estos décimos premiados los ha enviado a Galicia, donde tiene familia.

Otros agraciados son los integrantes de la colla Bascollà , una peña de las fiestas de La Magdalena, que jugaban un décimo.

Algunos de estos afortunados señalaron que el dinero lo dedicarán a pagar deudas, especialmente la hipoteca, y a realizar algún viaje de placer, sobre todo a Nueva York y el Caribe.

El sector de la hostelería también ha sido tocado por la suerte a través del Bar Corinto, cuyo dueño tiene un décimo y dispensó otros entre clientes. Las otras 25 series, hasta llegar a las 55, se vendieron en ventanilla.

Después de la lluvia de millones que la lotería de Navidad dejó en Cataluña, El Niño no se ha olvidado tampoco de esta región y el segundo, el 71.098, se ha desplazado a 179 kilómetros del primero para presentarse en Reus (Tarragona).

UN PUEBLO DE 25O VECINOS A través de la administración de lotería número 6 se han repartido unos 50 millones de euros, en décimos vendidos íntegramente en ventanilla. Según explicó a Efe Fermí Bausa, antiguo administrador y padre del actual, Oscar Bausa Lozano, gran parte del premio ha viajado de Reus hasta la pequeña población de La Bisbal de Falset, donde el Ateneo Bisbalenc, cliente habitual que cada año juega un número diferente, ha distribuido entre sus asociados entre quince y veinte millones. La Bisbal de Falset es un pueblo de unos 250 habitantes, lo que supone que podría haber dejado una media de 80.000 euros a cada vecino.

De este segundo, no obstante, se han quedado sin vender entre cinco y seis series, que han sido devueltas a la ONLAE.