Las inundaciones, que han dejado atrás una dramática situación sanitaria en el norte de Pakistán con miles de casos de diarrea o infecciones de la piel, anegaron ayer cientos de pueblos en el sur paquistaní tras agrietarse dos importantes presas.

"La situación sanitaria es muy peligrosa. La mayoría de los afectados sigue sin recibir atención médica días después" del inicio de la crisis, explicó el subdirector de Salud de la Media Luna Roja en Pakistán, Irfan Ullah.

Este y otros organismos humanitarios han desplegado unidades médicas en varias de las zonas damnificadas por las peores inundaciones de los últimos ochenta años, que han golpeado especialmente a la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa.

Según datos facilitados por Ullah, de 15.000 pacientes tratados por sus equipos, la mayoría padecían diarrea, sarna u otro tipo de enfermedades de la piel.

Pero estas cifras son sólo la punta del iceberg en un paisaje desolador en el que las aguas han destruido viviendas, puentes y también muchos centros médicos situados en los bancos de los ríos.

Hasta 600.000 personas están bloqueadas en el noroeste y prácticamente sólo son accesibles a través de helicópteros o barcos, según alertó en un comunicado la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

"El mayor problema al que nos estamos enfrentando es la destrucción de infraestructuras. Sólo en el valle de Swat (norte) unos 60 puentes se han derrumbado. La asistencia no llega", amplió el portavoz en el país surasiático del Comité Internacional de la Cruz Roja, Michael O´Bryan.

Esta fuente explicó que "las inundaciones han contaminado el agua en amplias zonas", por lo que "se ha puesto en marcha un mecanismo para garantizar que, si hay brotes (de enfermedades), podamos afrontarlos".

Las lluvias monzónicas que dejaron atrás este dramático escenario están haciendo subir ahora el caudal del río Indo, que ya está causando estragos en el sudeste de un país que tiene cerca del 15% de su territorio -120.000 kilómetros cuadrados- anegado. Además, hay un elevado riesgo de que se rompan las dos presas del río por lo que se está evacuando a la población.