Descubrimiento en Mallorca: a Catherine Zeta-Jones le suda el canalillo. El sol implacable estuvo a punto de echar por tierra al último mito erótico de Hollywood cuando, ayer, en compañía de su marido, Michael Douglas, acompañó a Jaume Matas, presidente del Gobierno Balear, en un acto de apoyo a la candidatura de Palma como sede de la Copa América 2007.

La cita fue a las seis de la tarde, hora en la que en Mallorca cae el sol a plomo, cuestión de la que se dio cuenta Catherine (en la foto inferior, combatiendo el calor) nada más subir al pequeño escenario situado en una placeta de Puerto Portals (Calviá) donde se hizo público el compromiso de la pareja de actores con la candidatura mallorquina.

A GOLPE DE ´KLEENEX´

La coprotagonista de Chicago lucía un vestido en crepe de seda estilo oriental de Gucci y unas altísimas sandalias de tacón de la misma firma. Catherine, que se abanicaba sin parar, sudaba como si fuera humana; el maquillaje estaba a punto de resbalar por el cuello y ella intentaba detener el desastre empapándose las gotas con un kleenex con el que se daba golpecitos.

Si aún fuera aquella vulgar guapetona galesa que fue en sus inicios, quizá hubiera bajado el pañuelo de papel por el escote, pero Catherine se ha vuelto fina y ese gesto, tan propio de María Jiménez, no hacía para ella. Detalle: cuando su pañuelo estaba ya hecho una bolita, Michael, siempre atento, sacó otro limpio de su bolsillo, pero la bella optó por bajar del estrado para refugiarse tras un guardia de seguridad tamaño armario ropero que le sirvió de sombra.

Mientras Catherine se recomponía a la sombra, Douglas, insudoro, inoloro e insípido, aguantó el tipo al sol. Antes de regresar a S´Estaca, la mansión que la pareja tiene en Valldemossa a medias con Diandra Douglas, primera esposa del actor, Michael y Zeta-Jones saludaron al Rey (en la fotografía superior), quien regresaba a puerto tras participar en una regata.