Unas 14 familias, 40 personas de las 100 que fueron desalojadas a causa de la explosión de gas, tardarán algunos meses en poder volver a sus casas, según el alcalde de Cornellá de Llobregat, Antonio Balmón. A estos vecinos también se sumaron, al menos por unos días, otras 14 familias más de la finca número 34, contigua a la que se produjo la explosión. No quieren regresar a sus casas al no contar con los servicios de agua y gas y por tener los dañados los desagües. Del total de 28 familias afectadas (unas 80 personas) 26 están alojadas en el hotel Novotel.