Lo reconocieron pocas horas después de pisar tierra, cuando aún seguían conmocionados por el trágico viaje en cayuco que habían vivido. Varios de los 28 inmigrantes que fueron rescatados el domingo cerca de la costa de Fuerteventura explicaron ayer que habían arrojado al mar los cuerpos de 11 compañeros de travesía.

A estos 11 fallecidos --dos de ellos, menores de edad-- se añaden otra víctima que fue hallada en de la embarcación por Salvamento Marítimo y un 13º subsahariano que perdió la vida poco después de ser hospitalizado en Las Palmas.

AVISO El coordinador del dispositivo de emergencia de Cruz Roja en Fuerteventura, Gerardo Mesa, comentó ayer a este diario que fueron los propios supervivientes quienes les avisaron de que habían "lanzado por la borda los cuerpos de otros 11 ocupantes".

Todos ellos habían quedado a la deriva durante la travesía, que duró alrededor de una semana y durante la cual se quedaron sin agua y sin comida. La necesidad fue tal que algunos llegaron a beber agua de mar mezclada con su propia orina.

A PUNTO DE HUNDIRSE No todos lograron su objetivo, y muchos de los que lo consiguieron también sufrieron de forma extrema en una barcaza que a punto estuvo de hundirse. Cuando los equipos de rescate de Salvamento Marítimo accedieron a la embarcación, se encontraron con una situación desoladora: uno de los ocupantes estaba muerto, y 13 supervivientes revestían un estado de salud tan crítico --sobre todo, hipotermia y deshidratación-- que tuvieron que ser trasladados en helicóptero.

Tres de ellos incluso fueron hospitalizados de gravedad en Las Palmas, uno con quemaduras tan fuertes que falleció ayer por la mañana. Los otros 15 fueron atendidos en el puerto de Gran Tarajal, en Fuerteventura.

Por otra parte, un cayuco con 120 inmigrantes en buen estado de salud fue remolcado ayer al puerto tinerfeño de Los Cristianos.