El sueño de los médicos de lograr un pegamento biológico para cicatrizar heridas y cerrar úlceras está cerca. Un equipo del Hospital La Paz de Madrid ha logrado curar las fístulas intestinales producidas por el mal de Crohn en dos enfermas, de 33 y 37 años, mediante el implante de células madre adultas procedentes del tejido adiposo de sus propias caderas.

La grasa, según explicaron los autores, fue extraída mediante una simple liposucción, con anestesia local. Las células se cultivaron en laboratorio hasta obtener unos 10 millones. Luego, fueron implantadas en el trayecto fistuloso. A la cuarta semana se observaron procesos de recuperación y ahora, al cumplirse los seis meses, las fístulas están curadas. "Lo más importante es que no se han desarrollado tumores ni rechazo, como ocurre con el uso de células madre embrionarias. La técnica se es factible y segura", destacó el director del equipo.