TLto peor que puede pasar es que alguien prohíba los besos. Eso pensé cuando en México decidieron hacerlo por culpa de la gripe A. Porque si dejamos de besarnos, de rozarnos, de tocarnos o de probarnos, ¿qué nos queda? La palabra beso proviene del latín basiare , y ésta, a su vez, del sánscrito bhadd , que significa abrir la boca. Hay varias formas de abrir la boca, como expresión de amor o para decir estupideces. Y es que, si se prohíben los besos, la mayoría de las veces las bocas sólo quedan para escupir gilipolleces. Algunos investigadores sostienen que los besos pudieron nacer en la Edad de Piedra, cuando los hombres de las cavernas se lamían el rostro unos a otros por necesidad de sal. Lo bueno del beso es que supo evolucionar y hacerse vital una vez que con el tiempo cubrimos nuestra necesidad de cloruro sódico. Los que no evolucionamos fuimos nosotros. Los gritos y abucheos durante el himno español en la final de la Copa del Rey posiblemente procedían de tipos hambrientos de lametones por necesidad de sal y que, a su vez y sin reconocerlo, prohíben los besos a los que no son como ellos. Pero también hay otros tipos, y eso me duele mucho más, que prohíben los besos a conveniencia, como ocurrió con la censura que realizó Televisión Española con las imágenes de los abucheos durante la interpretación del himno. Un medio de comunicación, y más un medio público, tiene el deber de mostrar lo que está ocurriendo, sin censuras, sin manipulación. Creo que después de la Edad de Piedra hemos aprendido a abrir la boca, mucho, pero sólo para escupir sandeces, y estamos perdiendo la capacidad de besarnos. Y si se nos acaban los besos, ¿qué nos queda?