México y Centroamérica declararon ayer la alerta en amplias zonas que abarcan varios lugares turísticos, singularmente el estado de Quintana Roo y la península de Baja California, ante la inminente amenaza del huracán Félix, que avanza con fuerza máxima por el Caribe tras los pasos recientes de Dean, y la tormenta tropical Henriette, que estaba apunto de convertirse en huracán tras dejar siete muertos en la costa del Pacífico mexicano.

Por segunda vez en dos semanas, Quintana Roo --con los grandes centros turísticos de Cancún y la Riviera Maya-- se prepara para sufrir mañana los efectos del Félix, que ayer pasó por las cercanías de Jamaica con una dirección que apuntaba hacia Belice. Con categoría máxima de cinco, vientos de 265 kilómetros por hora y una velocidad de traslación de 33 km/h, el "potencialmente destructivo" huracán bordeará hoy la costa de Honduras.

MAS AL SUR El Félix se mueve algo más al sur del camino que hizo el Dean, que el mes pasado causó al menos una docena de muertos en el Caribe y, al final, otra docena en el interior de México. Las autoridades mexicanas dijeron que esta vez "no habrá acciones de evacuación hasta que no se defina más certeramente la ruta" del meteoro.

La alarma inmediata se centró en el lujoso enclave turístico de Los Cabos, en el sur de la península de Baja California, donde hoy llegará el Henriette, seguramente como huracán. Como tormenta tropical, el Henriette se llevó la vida de seis menores en Acapulco y de un adulto en el estado de Jalisco. Con rachas de 120 km/h, lluvias intensas y gran oleaje, ayer afectaba las costas de ese estado y los de Colima, Nayarit y Sinaloa.

Los meteorólogos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, con sede en Washington, prevén la formación de entre siete y nueve huracanes, de los cuales de tres a cinco podrían derivar en ciclones de gran intensidad (categoría 3, 4 o 5, las mayores en la escala de intensidad Saffir-Simpson de un máximo de cinco).