El 60 por ciento de los trabajadores españoles está satisfecho con su situación laboral, en términos generales, especialmente los empleados con mayor responsabilidad o gerentes, cuyo grado de satisfacción alcanza el 82 por ciento, según el Barómetro europeo elaborado por Accor Services.

No obstante, el barómetro, que mide la satisfacción de los empleados en España, señala que un 45 por ciento de los trabajadores españoles está insatisfecho con sus condiciones laborales.

El estudio se hizo mediante un cuestionario on-line en ocho países europeos, con una muestra de 1.574 empleados españoles, teniendo en cuenta sexo, edad, posición en la compañía (empleado/gerente) y sector (público o privado).

El barómetro estudió la relación laboral (realización, motivación y lealtad a la empresa); la calidad de vida en el trabajo (condiciones y ambiente de trabajo, equilibrio entre vida profesional y privada) y restricciones y expectativas de los empleados.

Según el estudio, España es uno de los países europeos con un índice de satisfacción más bajo con respecto a sus condiciones laborales (55 por ciento), sólo superado por Turquía (50%); mientras que en el otro extremo están Bélgica (77%, Eslovaquia, 71 por ciento); la República Checa (66%) y Francia (64%).

El informe señala que para el 47 por ciento de los españoles el salario es la primera preocupación, por delante de la seguridad de un empleo (el 35 por ciento) y del tiempo consagrado al trabajo (el 18 por ciento).

En este sentido, el 36 por ciento de los encuestados se considera satisfecho con su retribución, porcentaje que ha disminuido once puntos porcentuales con respecto al barómetro de 2005, donde el porcentaje de los que estaban satisfechos con su salario alcanzaba el 57 por ciento.

Sin embargo, empleados que tienen cargos de responsabilidad y están satisfechos con su remuneración alcanza el 60 por ciento.

A la pregunta de qué asocian los españoles a trabajo, el 31 por ciento señaló la seguridad, con mínimas diferencias entre los empleados del sector público y del privado, mientras que el 29 por ciento lo asoció con la "restricción", entendida como la obligatoriedad de tener que trabajar.

Además del trabajo, las otras restricciones de la vida cotidiana de los empleados, fueron en primer lugar la falta de dinero (el 28 por ciento) y la falta de tiempo (el 19 por ciento), seguidas de la crianza de los hijos (14%); el manejo de la casa (11%); problemas con el cuidado de los hijos (7%); cuidado de amigos o parientes enfermos (3%) y problemas de transporte (2%).

El 76 por ciento de los empleados españoles está "muy o bastante satisfecho" con su ambiente laboral y un 54 por ciento se siente "muy o demasiado" implicado en su trabajo, porcentaje que aumenta hasta el 58 por ciento en el sector privado y al 68 por ciento en los cargos con responsabilidad.

La mayoría de los encuestados (98 por ciento) creen que el bienestar en el trabajo tiene algún impacto sobre la eficiencia, la motivación y la calidad de atención al cliente.

Sin embargo, sólo el 19 por ciento declaró que aumenta su motivación en el trabajo, frente a un 30 por ciento de encuestados que consideró que disminuye y un 49 por ciento cuya motivación se mantiene estable.

El informe revela que aunque la calidad de vida profesional es considerada como de las más altas de Europa, el 52 por ciento de los empleados piensan que su empleador debería preocuparse más por su bienestar en el trabajo.

Asimismo, el 45 por ciento de los encuestados se plantea abandonar su empresa, porcentaje que llega al 51 por ciento en el caso del sector privado, especialmente en el caso de los servicios bancarios, financieros y seguros (63 por ciento) y de los servicios comerciales (58 por ciento).