Los varones homosexuales y las mujeres heterosexuales comparten algunas características en la región del cerebro responsable de las emociones, del estado de ánimo y de la ansiedad, lo que sugiere que la homosexualidad tiene una indudable base biológica. Al menos esto es lo que sostiene un estudio sueco, presentado ayer en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), que ha analizado la actividad cerebral de 90 personas mediante imágenes de tomografía. El mismo proceso se ha detectado con las mujeres: es decir, el cerebro de las lesbianas parece compartir rasgos con el de los varones heterosexuales.

Ivanka Savic y Per Lindström, investigadores del Instituto Karolisnka, en Estocolmo, explican que la similitud se expresa en una ligera asimetría entre los dos hemisferios cerebrales. En los hombres heterosexuales y en las mujeres lesbianas, el derecho tiene mayor tamaño que el izquierdo, y esa diferencia no se detecta ni el cerebro de los hombres gais ni en el de las mujeres heterosexuales.

El análisis mediante tomografía por emisión de positrones (PET) de 90 hombres y mujeres --homosexuales y heterosexuales, prácticamente en cuatro grupos iguales-- reveló también que las lesbianas guardan un cierto parecido con los hombres heterosexuales en la conexión de la amígdala cerebral, en tanto que en los hombres gais esa conexión es similar a la de las mujeres heterosexuales. La amígdala es un órgano del interior de los lóbulos temporales que controla las reacciones vinculadas al miedo, y secreciones hormonales del sistema endocrino. No pueden discernir es si los procesos se establecen en la edad fetal.