La oleada de activismo que recorre la comunidad científica española ha llegado al extranjero. Asociaciones de cerebros fugados se han formado en el Reino Unido y Alemania con el objetivo de mejorar desde fuera la I+D española, así como ayudar en el desembarco y dar a conocer cursos u ofertas de empleo, entre otros objetivos. Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU) y Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) se constituyeron en junio de 2011 y julio de este año, respectivamente, y ya cuentan con casi 150 socios entre las dos.

La austeridad aplicada a la ciencia se ha concretado en medidas como el recorte del 39% aplicado a los presupuestos estatales de I+D desde el 2009. En los últimos dos años, las principales organizaciones de investigadores en España han plantado cara a estas políticas con informes, cartas abiertas y manifestaciones. Estas entidades han alertado de que los recortes están propiciando una sangría de cerebros.

CASCADA DE ENTIDADES Ahora, también estos cerebros fugados se han unido a las reivindicaciones. "Al poco de llegar a Londres me enteré de que los investigadores portugueses del Reino Unido habían creado una asociación", explica el impulsor de CERU, Lorenzo Melchor, biólogo madrileño de 32 años que trabaja en el Institute of Cancer Research de la capital británica. La asociación portuguesa celebra desde hace cinco años un prestigioso encuentro en el Reino Unido. "Cuando supe de CERU, pensé que se podía hacer algo parecido en Alemania", explica Raúl Delgado, neurocientífico de 31 años de Barcelona, que investiga en el Instituto Max Planck de Psiquiatría de Múnich, y fundador de CERFA. También los científicos italianos en Alemania y los griegos en el Reino Unido están creando sendas entidades.

Los impulsores de estas asociaciones están contentos de investigar en el extranjero. "Es normal que haya movilidad en la ciencia: el problema es que no hay oportunidades para volver", explica Melchor. "Los recortes en sueldos e inversiones transmiten un mensaje claro; no queremos científicos en España. Las cosas deberían cambiar mucho para que volviera", afirma Delgado.

Sin embargo, estos investigadores creen que se pueden exportar a España los modelos que han conocido en los países donde trabajan. En octubre, CERU se reunió con la agencia de evaluación de la investigación española, ANECA, para discutir qué aspectos del sistema británico se podrían usar en España.

ATERRIZAJE Las entidades también pretenden facilitar el aterrizaje en el extranjero. "La barrera lingüística y una burocracia infernal son los mayores problemas en Alemania", dice Rosa García Verdugo, bioquímica de Oviedo, afincada en Múnich y socia de CERFA. La entidad pretende llevar a cabo un censo de científicos españoles en Alemania. Finalmente, las asociaciones pretenden ofrecer oportunidades: "Ya tenemos casos de socios que han descubierto fuentes de financiación a través de otros miembros", concluye Melchor.