Ni constan en las estadísticas de playas afectadas que diariamente facilita el Ministerio de Medio Ambiente, ni se pueden ver desde los aviones a los que con tanto entusiasmo se han subido los miembros del Gobierno para visitar la costa gallega. Decenas de playas, especialmente en la Costa de la Muerte, esconden ya el fuel bajo la arena, convirtiéndose en un enemigo mucho más difícil de detectar y extraer. Otras calas más inaccesibles siguen repletas de fuel desde el primer día sin que nadie se haya acercado a limpiarlas.

"Dice Medio Ambiente que no hay prisa en quitar el fuel, pero uno de los efectos de la lentitud en la retirada es que la siguiente marea puede cubrirlo de arena y complicar la tarea". Esta advertencia la formulaba Ezequiel Navío, experto en mareas negras de Adena, al principio de la crisis. Semanas después, los voluntarios han empezado a encontrar las capas de fuel enterrado.

CON RASTRILLOS Y A MANO

En la playa de Barrañán, en el municipio de Arteixo (A Coruña), hay varias capas amontonadas en estratos, que los expertos localizan con catas y los voluntarios retiran con las manos.

Pero la playa de Barrañán sólo fue la primera. En el parque natural de Corrubedo ha aparecido chapapote enterrado en las playas de Lodeira y Vilar. Para frustración de los voluntarios de la Comunidad de Madrid que trabajan en ellas, los empleados de Medio Ambiente les han impedido extraerlo "a la espera de que vengan especialistas". En Muxía, unos 300 voluntarios desenterraban ayer chapapote con rastrillos y a mano en la playa de Lourido, y así hasta una larga lista que los expertos predicen más extensa. "Ni en mil años sacaremos el fuel que se está metiendo debajo", decía el gerente de la cofradía de Muxía, Nacho Castro.

El otro fuel difícil de atacar no lo sería tanto "si el Gobierno pusiera los medios que debería", según Juan Bautista, alcalde de Camariñas. Este cuenta cómo en la costa norte de su municipio hay decenas de calas, coídos en gallego, donde nadie se ha podido acercar pese a que albergan "toneladas de fuel" porque Medio Ambiente no ha dispuesto los medios. "Ahora empezamos a llevar voluntarios porque el ayuntamiento ha comprado los tractores necesarios", explica.

La historia se repite en Carnota y Muxía. En este municipio hay dos playas de piedras, las de Cuño y Arnela, que se encuentran anegadas de fuel. Los voluntarios no se acercan a ellas a la espera de que Medio Ambiente abra unas pistas forestales cuya construcción va al ralentí.