Sin llegar al nivel de los aeropuertos londinenses, el Charles de Gaulle de París tuvo que anular por la nieve el 40% de los despegues. Por la mañana, la terminal permaneció cerrada una hora hasta que los servicios aeroportuarios consiguieron limpiar dos de las cuatro pistas. Los retrasos fueron sistemáticos. La guinda eran los miles de pasajeros de vuelos que el sábado debían aterrizar en Londres y habían sido desviados a París, y que deambulaban por el aeropuerto en busca de soluciones.

La nieve causó considerables problemas en París y todo el norte del país. El tráfico de camiones permaneció suspendido hasta bien entrada la tarde, así como la actividad de las líneas de autobús entre la capital y la región metropolitana. No está previsto que nieve hoy, pero se teme la formación de placas de hielo.