Con la nacionalización de cinco empresas metalúrgicas y de la principal fábrica de cerámicas del país, el presidente venezolano, Hugo Chávez, dio el jueves un paso más en el proceso de estatalización de los llamados sectores estratégicos de la economía de Venezuela.

La decisión gubernamental recae sobre las compañías Matesi, Comsigua, Orinoco Iron, Venprecar y Tubos Tavsa. Las cuatro primeras son productoras de conglomerados de hierro, mientras que la última es la única compañía en Venezuela dedicada a la fabricación de tubos de acero sin costura. También ha sido nacionalizada Cerámicas Carabobo, el mayor fabricante de cerámicas y refractarios del país, sobre el cual pesaba una amenaza de estatalización desde el 2008, debido a un prolongado conflicto sindical.

Con estas disposiciones, resultan afectadas inversiones procedentes de Europa, Japón, Argentina y México. Entre las compañías extranjeras que tienen acciones en las empresas nacionalizadas se encuentran las japonesas Kobe Steel, Marubeni, Mitsui y Sojitz; la multinacional de origen mexicano Tenaris Tamsa y la italoargentina Techint. Una subsidiaria de esta última, Ternium, acaba de concluir una negociación con el Gobierno de Venezuela por la venta de sus acciones en la recién nacionalizada Sidor.

TALLERES Chávez anunció las nuevas nacionalizaciones durante la clausura, retransmitida por radio y televisión, de uno de los "talleres de transformación socialista" que organiza el Gobierno para los trabajadores de las llamadas empresas básicas, ubicadas en Guayana, en el sur del país. El mandatario también decretó un aumento salarial para los empleados de Ferrominera del Orinoco. Los 400 asistentes al taller celebraron con gritos y aplausos estas medidas.

El gobernante venezolano reveló su intención de "establecer en Guayana un complejo industrial socialista" que estará formado por las compañías ahora nacionalizadas y las otras que ya controlaba el Estado.

Pocas horas antes, Chávez participó en el estado de Monagas, en el este del país, en la toma de control de la Planta de Inyección de Gas de Alta Presión 2 (PIGAP 2), perteneciente a la empresa Willpro, filial de la estadounidense Williams. Con esta acción, ya son más de 70 las empresas que han sido nacionalizadas al amparo de la ley que reserva al Estado los bienes y servicios conexos a las actividades primarias de los hidrocarburos.

Políticamente, la ola de nacionalizaciones que vive Venezuela se produce en el marco del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013. Allí se contempla el establecimiento de un modelo productivo socialista en el que "el Estado conservará el control total de las actividades productivas que sean de valor estratégico para el desarrollo del país".