El lunes se presentó en la Berlinale la historia de Isabel Coixet sobre una joven con un tumor terminal (Mi vida sin mí ) y ayer se proyectó Son fr¨re (Su hermano ), de Patrice Chéreau, sobre los últimos meses de un joven que padece una enfermedad sanguínea. Las diferencias entre ambas películas es que mientras Coixet eludía hablar del dolor físico y su protagonista no tenía alternativa a la muerte, Chéreau muestra todo el proceso clínico y el padecimiento del personaje que, además, opta por morir cuando podría haber elegido una vida sosegada e insegura.

El director francés relata el acercamiento que la enfermedad genera entre dos hermanos: un infográfico que se queda sin plaquetas en la sangre, y un maestro homosexual. Ambos rememoran viejos tiempos y afrontan el presente. Hasta que el enfermo se da por vencido.

Las otras dos películas en concurso presentadas ayer son de muy distinta entidad. La holandesa Ja zuster, nee zuster es una disparatada comedia musical, con un tono muy kitsch. Lichter (Luces distantes ), del alemán Hans-Christian Schmid, incide en el tema de los refugiados que provienen del Este. En el filme no se vislumbra mucha esperanza en ese trasiego humano que huye de la miseria.

MUERTE

Por otra parte, el productor Daniel Toscan du Plantier, clave en la promoción del cine francés, murió ayer en Berlín, a los 61 años. Coprodujo la española La camarera del Titanic , de Bigas Luna y produjo La citta delle donne , de Federico Fellini, y Nosferatu , de Herzog.