La Administración Nacional de Alimentos y Medicinas de China autorizó ayer la comercialización de un test capaz de detectar si un paciente se ha contagiado entre 1 y 10 días antes del síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) y así poder hacer frente a un rebrote del mal. La prueba, que identifica la presencia del antígeno del virus en la sangre, es "barata, de fácil manejo, sensible y segura", según el portavoz del organismo, Yi Hongzhang.

Actualmente hay en China otros dos métodos que detectan el anticuerpo y el ácido nucleico, pero se venden a precios muy elevados. La confirmación por parte de las autoridades sanitarias chinas del virus del SARS en pacientes sospechosos que están afectados de neumonía atípica viral requiere varias semanas.

VACUNA LEJANA China también trata de desarrollar una vacuna contra la enfermedad, que el año pasado causó 800 muertes en 32 países y afectó a más de 8.000 personas. Un total de 349 de las víctimas mortales se registraron en todo el país, incluidos Hong Kong y Taiwan. Sólo en Pekín murieron 191, pero las afectadas fueron 2.500.

Yi Hongzhang explicó que la fase de pruebas en cuatro personas para obtener la vacuna comenzó hace unas semanas, después de que EEUU probase con éxito el antídoto en animales. La Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha dado el visto bueno a los ensayos, calcula que el desarrollo y la puesta a disposición del público de una vacuna llevará al menos cinco años. "Luego habrá que ver si es eficaz" advirtió Stanley Plotkin, del laboratorio Pasteur.

La OMS instó a las autoridades y a los investigadores de Pekín a cuidar la bioseguridad de los laboratorios.

La organización defensora de los derechos humanos HRW denunció ayer que el doctor Jiang Yanyong, que el año pasado sacó a la luz los intentos de la autoridades chinas por encubrir la epidemia de SARS, está en paradero desconocido desde el pasado 1 de junio.