El Gobierno chino ha reconocido por primera vez que la propagación de la neumonía atípica en Pekín es ya un grave problema y que lo peor aún está por venir, ya que "el sistema sanitario preventivo todavía es muy débil".

El Gobierno chino ha decidido cancelar las vacaciones de una semana con motivo del Día del Trabajo (1 de Mayo), para evitar la propagación de la enfermedad. Antes de tomar esta decisión, las autoridades ya habían prohibido a los universitarios chinos viajar durante dichos días de fiesta.

Todos los pasajeros de vuelos domésticos en el país deben firmar una declaración certificando que no sufren síntomas de la neumonía para permitirles subir a bordo, según publican los medios chinos.

El Ministerio de Salud de China ha anunciado en una rueda de prensa extraordinaria que ya han muerto 79 personas y otras 1.807 están infectadas por el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS).

Estas cifras se han hecho públicas después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acusará a las autoridades chinas de ocultar la dimensión de la epidemia. En Pekín se han producido en los últimos días 302 nuevos casos y 14 muertes.

El viceministro de Sanidad, Gao Qiangan, ha declarado además que en la capital china existen otros 402 posibles casos de SARS que están bajo observación en diversos hospitales de la ciudad.

"De confirmarse esta cifra el total de infectados en Pekín alcanzaría los 741", ha manifestado Gao dando nuevos datos que se alejan, por primera vez, de los 37 enfermos y los cuatro muertos oficiales declarados hasta ahora.

Estas declaraciones son las primeras que ha hecho el Gobierno chino afirmando que en Pekín existe un problema "grave" de SARS, lo que significa un hecho sin precedentes desde que la epidemia comenzara a extenderse desde Cantón el pasado 14 de noviembre por todo el país.

De entre los 339 infectados, cinco son extranjeros residentes en la capital china, mientras que otros 4 permanecen en observación, lo que preocupa en gran manera a los más de 50.000 residentes extranjeros de Pekín.

Varias de las personas afectadas por el virus en China, como un alto cargo finlandés de la Organización Mundial del Trabajo (OMT), han contraído la enfermedad en un avión.