Un chino ya contamina como un europeo aunque mucho menos que un estadounidense, sostiene un estudio reciente que también revela que las emisiones globales de dióxido de carbono alcanzaron un máximo histórico el pasado año. Las del gigante asiático aumentaron en el 2011 un 9 %, lo que significa un total de 7,2 toneladas de gas por habitante, según el estudio conjunto de la Agencia de Cálculo Medioambiental de Holanda y el Centro de Investigación de la Comisión Europea.

Los niveles chinos rondan ya las 7,5 toneladas del conjunto europeo y superan a países como España, Italia y Francia. Muy lejos quedan los australianos, con 19 toneladas, y los estadounidenses, con 17,3, los máximos contaminadores del planeta per cápita. China y otros países emergentes sostienen que limitar sus emisiones de dióxido de carbono (causante del efecto invernadero) afectará a su desarrollo económico y se benefician de concesiones en los acuerdos globales. Las negociaciones suelen imponer objetivos vinculantes a los países desarrollados bajo el protocolo de Kioto y retrasarlos para los emergentes hasta el 2020, cuando se espera un nuevo orden.

ARGUMENTOS DE PESO Los países emergentes argumentan que son recién llegados al club de los contaminantes, tienen una responsabilidad menor en el cuadro global calamitoso y luchan aún por sacar a su gente de la pobreza. Pero el estudio rebate otro de los argumentos habituales, al menos en el caso chino: que su contaminación per cápita es menor que la que se da en los países desarrollados.

Los esfuerzos de Pekín por reducir las emisiones no son tibios. China defiende hace años un crecimiento científico más centrado en la ecología. El consumo energético por unidad de PIB se redujo en un 20% en el 2010 respecto de los niveles del 2005 y el plan quinquenal en curso, que estimula el uso de las energías limpias, prevé rebajarlo otro 16 %. Los expertos reconocen el esfuerzo de Pekín, que choca con las necesidades de producción de la segunda economía del mundo. China aumentó sus importaciones de carbón --imprescindible para alimentar su crecimiento-- en un 10% en el 2011.

El estudio revela que las emisiones globales alcanzaron en el 2011 los 34.000 millones de toneladas, un 3 % más que el año anterior y un récord histórico. El ritmo es similar al 2,7 % de la última década. Los niveles cayeron ligeramente en el 2008 por la crisis pero repuntaron un 5% en el 2010. Las débiles condiciones económicas, los inviernos suaves y el alto precio del petróleo permitieron una reducción de las emisiones del 3 % en la UE y del 2 % en EEUU y Japón. Las de los países de la OCDE suponen solo un tercio de las totales, idéntico porcentaje que la suma de China e India, donde subieron un 9 % y un 6 %.

El incremento en el mundo amenaza con frustrar el objetivo de la ONU de reducir el calentamiento en dos grados de aquí al 2050. Los científicos lo ven viable si las emisiones entre el 2000 y el 2050 se sitúan entre 1.000 y 1.500 millones de toneladas. Pero ya se han alcanzado 420 millones, y a ese ritmo en dos décadas se rozará el límite. En términos absolutos, China es el mayor contaminante con el 29 % de las emisiones, seguido de EEUU (16 %), la Unión Europea (11 %), India (6 %), Rusia (5 %) y Japón (4 %).

La buena noticia es el aumento de las energías renovables en China, especialmente la solar, la eólica y los biocombustibles. Su uso se ha cuadruplicado desde 1992, lo que permitió ahorrar el año pasado año 800 millones de toneladas de dióxido de carbono vertidas a la atmósfera. La cifra se acerca a la de Alemania, la principal economía europea.