Las tareas de rescate continuaron ayer en numerosas localidades de Texas (EEUU) tras el paso del devastador ciclón Harvey, que ha causado ya más de 30 muertos y decenas de miles de desplazados, y ahora amenaza la zona fronteriza con la vecina Luisiana.

En Houston, la ciudad más afectada y donde afortunadamente no ha llovido en las últimas 24 horas, más de 32.000 personas se encuentran alojadas en refugios temporales mientras prosiguen las labores de búsqueda y rescate de damnificados.

El tiempo, además, permitió comenzar las tareas de limpieza, una vez que las aguas comenzaron a retroceder en el área de Houston, donde viven en torno a 6,5 millones de personas.

Al problema de las inundaciones, calificadas de «catastróficas» por las autoridades, se sumaron la pasada madrugada varias explosiones en una planta química en Crosby, 25 kilómetros al nordeste de Houston, lo que provocó que evacuasen un área de dos kilómetros ante el peligro de nuevas explosiones. La planta sufrió un apagón el pasado domingo que afectó a los generadores de reserva en medio de las fuertes lluvias que provocó Harvey a su paso por la zona.