Un centenar de taxistas arroparon ayer a la familia de Daniel Aníbal Aguilera, el taxista que murió apuñalado el viernes pasado en Madrid, en el cementerio de la Almudena, donde sus restos descansan ya en un nicho del camposanto.

A las 13.40 los restos del taxista David Aníbal Aguilera, de 45 años y argentino, fueron trasladados desde el tanatorio Norte, cercano al hospital Ramón y Cajal, hasta el cementerio madrileño. Un centenar de taxis, la mayoría con lazos negros en sus antenas, ha acompañado en su recorrido hasta la Almudena al coche fúnebre, que ha ido escoltado por agentes motorizados del Cuerpo Nacional de Policía.

Su asesinato ha reabierto el debate de la seguridad en los taxis y ayer muchos expresaron su indignación.