El científico catalán Xavier Bosch afirma que el cáncer cervical o de cuello uterino, que mata a 270.000 mujeres en el mundo cada año, podrá ser frenado con una vacuna que llegará a las farmacias el próximo año.Bosch participa hoy y mañana en Río de Janeiro en talleres con "más de 200 líderes de opinión", especialistas de varios países de América Latina para discutir y promover los alcances de la vacuna.Después de un plazo "relativamente corto", de unos 12 años, la vacuna contra los dos principales tipos de virus del papiloma humano (VPH) ha completado sus fases de estudios clínicos y ha sido autorizada por más de 40 países, ha destacado Bosch.Campañas masivas de vacunaciónAhora hace falta que haya mayor información pública para iniciar campañas masivas de vacunación, especialmente en aquellos países pobres donde la tasa de mortalidad por este mal es mayor debido al escaso acceso a exámenes médicos de rutina, en opinión del científico catalán.Bosch, jefe de la unidad de Epidemiología y Registro de Cáncer del Instituto Catalán de Oncología de Barcelona, es una autoridad mundial en la materia y uno de los descubridores del vínculo entre el virus del VPH y el cáncer cervical.Las vacunas aprobadas cubren los dos tipos de virus que son responsables del 70% de los casos de este cáncer. Para el otro 30% hay en estudio vacunas polivalentes cuya eficacia habrá que verificar todavía. "Pero seguramente en tres o cuatro años también estarán disponibles", ha explicado Bosch.Medio millón de casos cada añoSegún los estudios, el de útero es el segundo cáncer más frecuente entre mujeres menores de 45 años en el mundo, después del de mama y de pulmón. Cada año hay 500.000 nuevos casos y 270.000 muertes. El 80% se concentra en los países pobres, incluidos 33.000 casos en América Latina, donde la incidencia es una de las peores."Todo el esfuerzo de prevención en los últimos 50 años exige que las mujeres vayan a un ginecólogo regularmente", ha recordado Bosch. El vínculo entre el VPH y este cáncer fue probado gracias a modernas técnicas moleculares que permiten detectar muestras de ADN viral en los tejidos afectados. "El virus estaba ahí y nadie lo veía" a pesar de millones de citologías, destacó.El VHP es "una condición necesaria" para el cáncer de cuello de útero. Por eso en los países pobres la vacuna surge como una nueva herramienta. Pero, para los críticos, esa opción tropieza con otra barrera: su alto precio, prohibitivo para muchas familias y fuera del presupuesto de los programas sanitarios oficiales.Bajar el precio para los países pobres"Todo ha ido relativamente muy rápido. El esfuerzo ahora está en informar e interesar a los grandes filántropos para que ayuden a los países menos ricos a tener acceso a esa vacuna", ha declarado Bosch. La evolución de esa política de precios en cada país forma parte de las negociaciones de los gobiernos con los fabricantes y eventualmente con los grandes donantes en el área, sugiere el científico catalán.Seguramente los precios bajarán y serán más asequibles, "pero todavía estamos en el capítulo uno de esta historia", ha afirmado.