Las advertencias médicas no consiguen frenar la tendencia de los niños españoles a tomar comidas muy grasas, dulces o fritas, elegidas por ellos mismos en muchos casos, y que son degustadas frente al televisor o tecleando el ordenador. Este cuadro habitual, que combina dieta inadecuada y sedentarismo, ha duplicado la cifra de niños afectados por obesidad en España, comparada con la de 1990, y ha disparado también entre los niños las enfermedades asociadas al exceso de peso, como son el riesgo cardiovascular, los altos niveles de colesterol y la diabetes.

Un 12,5% de los menores de 14 años sufren obesidad --un índice de masa corporal muy superior a la media-- y otro 30% tiene sobrepeso diagnosticado, explicaron ayer los responsables de las sociedades médicas que estudian el fenómeno. El excesivo y creciente consumo de bollería industrial en el desayuno y la merienda, acompañado de los zumos envasados, definidos como demasiado azucarados y poco nutritivos, son algunos de los factores que explican la obesidad en los niños, añadieron.

Sufrir obesidad en la niñez supone un alto riesgo de padecer la enfermedad de adulto, ya que la sobreproducción de células adiposas generada en la infancia mantendrá, de mayores, la tendencia a acumular grasa que caracteriza a esta enfermedad. Un 30% de los niños obesos lo será también de adulto, aseguró ayer Montserrat Barbany, de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). "Esto significará triplicar la cifra de adultos obesos en España", añadió Barbany.

En la actualidad, sufre obesidad el 17,5% de las mujeres y el 13,2% de los hombres de entre 25 y 60 años.