De 94 años a siete meses. Más de nueve décadas las separan pero pertenecen a una misma familia. La mayor de ellas es Juana Gil González que con su edad puede presumir de haber visto crecer a hijos, nietos, biznietos y ahora goza de la compañía de su tataranieta, la pequeña Erika. Juana representa al miembro de mayor edad de dicha familia que cuenta ya con cinco generaciones. Si bien es probable que existan familias así, no resulta demasiado fácil dar con ellas.

Todos coinciden en que son una familia muy unida. No todos viven en Mérida por lo que no resulta demasiado fácil reunirlos a todos. Pese a ello, todos los domingos que pueden acuden a una finca que tienen en Calamonte para disfrutar de la compañía de todos sus miembros, casi 30 personas.

Pese a la edad que tiene, Juana goza de buen estado de salud y tiene muy buena memoria. Cuenta que se casó con 23 años tras 5 años de noviazgo con el que fue su marido. Poco después de contraer matrimonio estalló la Guerra Civil y movilizaron a su marido para que fuera a combatir al frente. "No fueron buenos tiempos", recuerda. Su marido fue herido en la provincia de Sevilla y se pasó mucho tiempo en el hospital. A raíz de las heridas, tuvo que ser operado en 11 ocasiones, con todos los problemas que eso conllevaba en aquellos tiempos.

Esta mujer fue madre de nueve hijos aunque de ellos, solo viven cuatro. Juana pasó buena parte de su vida en Campomanes y fue allí donde crecieron sus hijos. Rufina Plaza es uno de ellos y con 68 años, es el segundo miembro de mayor edad de esta familia. Conoció a su marido con 17 años aunque no fue hasta 8 años después cuando pasó por la vicaría. En su caso, los hijos tampoco llegaron demasiado pronto, a los 26 el primero. Rufina recuerda que vivió una juventud muy feliz y la contrasta con los tiempos que ahora transcurren: "Se ha producido un cambio muy grande en muy poco tiempo", dice.

Los que si se dieron prisa por tener descendencia fueron Rosario, abuela de Erika y Julio, padre de la niña. Rosario se quedó embarazada con tan solo 16 años, "muy joven", dice. Cuando nació su hijo se puso a trabajar por lo que sus padres cuidaban del pequeño y sus hermanos pasaban mucho tiempo con Julio. "Son como hermanos porque se han criado juntos y se llevan poco tiempo", añade. Resulta paradójico que sean los miembros de menor edad los que se convirtiesen en padres antes, ya que lo más común es que fueran los miembros de mayor edad los que tuvieran descendencia a una edad más temprana.

Julio ha sido padre con 21 años. El pasado 7 de julio contrajo matrimonio con la madre de Erika, Julia Izaguirre, el mismo día que bautizaron a la pequeña. Ambos han convertido en abuelos y tíos a sus familiares muy pronto y están encantados.