La Academia del Cine ha corregido y aumentado la grieta de la crisis de la industria cinematográfica española que hace apenas un mes quiso disimular el Ministerio de Educación y Cultura. Las cifras reales, según el informe que la entidad presentó ayer, elevan a unos 10 millones de espectadores la caída de la taquilla del 2002 en relación con el año anterior, lo que supone un descenso de 37%. En recaudación, la industria ha perdido en las salas 35 millones de euros (casi 6.000 millones de pesetas).

Crisis es el título del último número de la revista de la Academia que recoge estos datos. El panorama es malo, pero puede ser peor. El profesor José María Alvarez Monzoncillo, responsable del informe, afirmó que "el 2003 puede ser un año crítico para el cine español".

Alvarez Monzoncillo argumenta el negro vaticinio no sólo en la caída de la asistencia al cine. "Las televisiones no cumplen con su obligación de invertir en el cine y todo apunta que la fusión de las plataformas digitales no va bien. Si a esto sumamos que se va a comprar menos cine español fuera, debido a la recesión económica que se vive en todo el mundo, podemos pensar que el retroceso seguirá".

ALARMA

Joaquín Oristrell, vicepresidente de la Academia, dijo: "Hay en el sector sensación de alarma y desasosiego. Hay muchos proyectos esperando salir adelante y muchas fechas de rodaje inciertas como para que la situación sea la más adecuada".

La cuota de mercado también ha descendido del 18% en el 2001 al 12% en el 2002. El 88% de la facturación de las salas de cine pertenece a películas que no son españolas, la mayor parte de ellas norteamericanas. El informe reconoce un exceso de películas estrenadas: 520 títulos (unos 100 españoles).