Tras Sympathy for Mr Vengeance y Old Boy , llegó ayer a Venecia el último capítulo de la trágica y dura trilogía del coreano Park Chan-wook: Sympathy for Lady Vengeance , el mundo de la violencia visto por los ojos de una mujer.

La otra cinta que compitió por el León de Oro es la francesa Les amants réguliers , de Philippe Garrel, una lenta y monótona recreación de la influencia que los sucesos de años por reconocer ante la justicia haber secuestrado y asesinado a un niño.

Después de pasar trece años detenida como prisionera modelo, la rea recupera la libertad. Sin embargo, durante todo ese tiempo, su mente no ha estado inactiva: ha proyectado vengarse de su exmaestro.

Las preguntas naturales que surgen son: ¿qué ha sucedido realmente hace trece años, qué ocurrió entre la joven y el maestro y cómo terminará todo?

A lo largo de la cinta se resuelven estas y otras incógnitas con el enfático y poco protocolario estilo directo del realizador coreano.

La protagonista, Lee Young-ae, es muy famosa en su país. Además de contar con rasgos perfectos, es una excelente intérprete que trasmite con absoluta sencillez y claridad sus sentimientos de odio, tristeza y compasión, mientras la violencia la envuelve a pesar de sus deseos, como una sombra melancólica y llena de dolor, poesía y humanidad.

"La violencia -reconoció ayer el director coreano tras el pase de su cinta- es una de mis obsesiones, pero también forma parte integrante del alma de todo ser humano. En la realidad, soy una persona pacífica y tranquila y neutralizo mis impulsos con estas historias de odio".

Park Chan-wook nació en 1963 y estudió filosofía en la Universidad de Sogang, donde -interesado por el séptimo arte- fundó un cine-club. Publicó muchos artículos y ensayos sobre crítica de cine mientras terminaba varios cortometrajes.