TPtarece cosa de broma, pero no es así. En el salón del automóvil han presentado un coche exclusivo para mujeres, cuya carrocería está pintada con tres tonos de color rosa. Y no sólo esto, en el interior se ha habilitado una nevera especial para guardar las cremas, tres espejos para poder pintarse en los atascos, y tres cortinillas con las fotografías de sendos guaperas, para que hagan compañía a la conductora. Todo ello por un módico precio, y con la garantía de que se trata un coche pensado sólo para nosotras.

Cuando vi la noticia por la televisión, me horrorizó la idea, y lo primero que pensé fue que quién sería el machista a quien se le había podido ocurrir. Lo segundo, que las mujeres conductoras tenemos un índice de siniestralidad sensiblemente inferior al de los hombres, y en muchas compañías de seguros incluso nos cobran una cuota menor por este motivo. Lo tercero, que muchos hombres, cuando ven a una mujer al volante, las mandan a la cocina o a barrer, independientemente de si han cometido o no una incorrección. Lo cuarto, que una de las acusaciones más frecuentes que nos hacen es que aprovechamos los espejos retrovisores para pintarnos; y me parecía un contrasentido que ahora una empresa decida aprovechar esta crítica para aumentar el número de espejos en el interior ¿en qué quedamos? ¿Nos critican pero al mismo tiempo nos incitan a seguir con esta práctica? Lo quinto, que ojalá nadie se compre esa horterada rosa que más bien parece un insulto. Y podría seguir con mil razones, pero, necesitaría muchísimo más paciencia, y más espacio.